Todo por el Shock: Alice Cooper, 28/05, estadio Malvinas Argentinas

Por la Papa Metálica

 

La tiendita del horror del tío Alice

Shock Rock. El nombre lo dice todo. El 28 de mayo, el respetable de Buenos Aires tuvo la oportunidad de asistir a un show histórico en el estadio Malvinas Argentinas. El padre de la criatura, ese que metió bichos por todos lados, el que asusta y le frunce el ceño a su público, visitó una vez más la Argentina en el marco de su “No More Mr. Nice Guy Tour: The Original Evil Returns”. ¿Qué saldo dejo Alice Cooper en su nuevo paso por estas tierras? Entre, pase, vea, lo que el freakshow tuvo para ofrecer…

 

En el nombre del Logos

Las puertas se abrieron a las 18 aproximadamente, pero la banda de Beto Zamarbide y Miguel Roldan salió a escena bastante más allá del horario pautado (las 20). Tal es así que antes de empezar a tocar, Beto pidió disculpas a los concurrentes del show por el retraso que tuvo lugar gracias a que el baterista Marcelo Ponce no pudo llegar a tiempo. Mandada al frente mediante, la banda arrancó su set con toda la potencia de “Marginado”. La banda, integrada por los mencionados Zamarbide, Roldan y Ponce, más Walter Scasso en el bajo; sonó bastante bien a pesar de las quejas de su cantante. Por otro lado la llegada tarde del baterista, repercutió en que el set se viera disminuido de manera considerable. De esta manera, la lista de la banda para esta fecha incluyó tan solo a “Marginado”, “No Te Rindas”, “Darse Cuenta” y el himno del metal argento, “Como Relámpago En La Oscuridad”. Cabe aclarar que ninguno de estos temas logro encender al público. Ya fuera por la salida tarde a escena, el ansia de ver a Alice o la poca conexión entre la música de los locales y el estadounidense (estilos muy diferentes, me da la impresión de que Logos fue elegida como soporte más por afinidad religiosa que otra cuestión); Logos pasó sin pena ni gloria. Una lástima, porque se trata de uno de los más grandes exponentes del heavy local, con dos próceres como lo son Zamarbide y Roldan. Ya tendrán revancha ante su público, y ojala pueda estar ahí.

 

Una noche en el teatro

Finalizado el acto soporte, comenzó el arduo trabajo de los plomos. En cuestión de minutos desmantelaron la humilde puesta de Logos

del escenario. Viga arriba y telón con la cara de Alice Cooper, con cara de bien malo como a él le gusta. Y se desató el primer grito de locura de la gente. Mención aparte para la concurrencia: bastante escasa. Hay que tener en cuenta que el estadio Malvinas Argentinas es, simplificando, una cancha de basket; y para darse una idea de lo que fue el marco de gente que se presentó a este gran evento, el público en el campo no llegaba a en cantidad siquiera a la mitad de la cancha. Una verdadera lástima, un grande como Alice Cooper merece más que esto. ¿La razón de tan poca concurrencia? Difícil de decir a ciencia cierta, no creo que haya sido falta de interés, sino razones del bolsillo, que no aguanta este ritmo de grandes bandas, y los altos precios. El 2X1 que se comenzó a realizar desde el día miércoles no terminó de rendir sus frutos. De todas formas, el precio para las populares se volvió mucho más accesible gracias a esta oferta, y en este sector es donde se concentraba la mayor cantidad de fanáticos… de todas las edades, cabe decir.

Ya todos sabemos cómo empieza esto. Las luces se apagaron y comenzó a sonar la inconfundible voz del actor de culto Vincent Price recitando la aun más inconfundible intro de “Black Widow”. Acto seguido el telón cae y con los primeros acordes que se desprendía de las guitarras; una torre empujada por dos esclavos trajo al gran personaje a escena, vestido con un traje con 6 patas que, complementado con sus brazos de los que se desprendían fuegos artificiales, transformaban al gran Alice en una araña acorde con la temática del tema.

El sonido desde el arranque fue excelente y por suerte se mantuvo durante todo lo que duró la presentación.  Si a esto sumamos una puesta en escena muy bien cuidada, más un juego de luces más que sobresaliente, se tiene como resultado un show espectacular.

A “Black Widow” le siguió una versión bien heavy de “Brutal Planet”, y es en este punto donde más se notó la inclusión de las tres guitarras: a cargo del histórico Steve Hunter, más Damon Johnson y Tommy Henriksen; el tándem de violas sonó sumamente potente, dotando a los clásicos de Alice de una agresividad insólita para los oídos más adiestrados en el característico y rockero sonido del showman. La fuerza de las tres guitarras se apoyaba en la solida base de Chuck Garric en bajo (un personaje en sí mismo) y Glen Sobel en la batería. Alice es el protagonista exclusivo, eso está claro, pero hay que remarcar la tarea de la banda en los momentos en que el cantante se iba detrás de escena para volver al siguiente tema con más sorpresas: los cinco hombres que quedaban sobre el escenario se las arreglaban más que bien para sostener y arengar al público, a fuerza de carisma, actitud y mucha, pero mucha buena onda.

 

De no olvidar

El setlist que Alice brindó esa mágica noche fue generoso y, por sobre todas las cosas, para todos los gustos. El monstruoso vocalista surtió su lista de los más grandes clásicos. Y uno de los más aclamados fue “I’m Eighteen”, en el cuál Mr. Cooper hace la primera muestra de su humor negro saliendo con una muleta con la que jugueteó por todo el escenario. Es complicado prestar atención a las mañas vocales de Alice cuando uno está hipnotizado viendo todo el despliegue escénico. Pero si se tiene la capacidad de detenerse a escuchar, no se puede evitar pensar que el tipo está intacto. Está bien, quizás lo suyo no pase por el virtuosismo vocal, pero de todas formas es admirable ver a un tipo de 63 años haciendo las cosas igual que cuando era joven, sobre todo cuando hay otros que cantaban peor que él y hoy apenas viven del recuerdo… cofcofpauldiannocofcof.

“Under My Wheels” del disco “Killer” (ese del que Calamaro se choreó la tapa) fue la siguiente joya en desfilar ante nosotros, y a mi juicio, uno de los mejores temas de la noche, el rock condensado en una canción de apenas 3 minutos. “Billon Dollar Babies” arremetió a continuación, con los clásicos billetes desprendiéndose de una espada blandida por Alice sobre los afortunados concurrentes que estaban pegados a la valla. Los oídos volvieron a endulzarse cuando comenzó a sonar “No More Mr. Nice Guy”, tambien del disco “Billon Dollar Babies”. Todo el estadio cantó con alma y corazón la declaración del monstruoso Alice Cooper, demostrándole que los tenía rendidos a sus pies. La primera gran sorpresa de la noche llegó de la mano del grandioso “Hey Stoopid” ese himno contra el suicidio adolescente que Cooper supo convertir en hit. Una grata sorpresa, de esas que ya no se ven tanto en las listas de bandas que visitan el país. Se extraña un poco esa sana costumbre de desempolvar el baúl de los recuerdos y  poner una rareza entre los temas que se vienen tocando habitualmente en la gira; por tanto este “regalo” de Alice Cooper fue recibido con gran entusiasmo.

“Is It My Body” y “Halo Of Flies” conformaron una alianza de acero solido sobre la que se asentó el tema nuevo de la banda, “I’ll Bite Your Face Off”. Se trata de una canción que se ubica (a nivel sonido) entre el material más clásico de la discografía de Alice Cooper, con gran gancho y estribillo pegadizo. Remarcable fue la salida de Alice en éste nuevo tema, ya que saltó al escenario ataviado con una campera de cuero negra que, al darle la espalda al público, tenía la inscripción “New Song” (nueva canción). Lo mismo con la camisa, al sacarse la campera se podía leer escrito en rojo sangre sobre ella el nombre del tema. Toda una marca registrada de Mr. Cooper (nota: ver el DVD “Brutally Live” de 2000 en el que sale a escena con una remera con la leyenda “Britney Wants Me” en el frente y “Dead” en la espalda).

 

Intermedio? Eso es para viejos…

El circo comandado por el veterano Alice Cooper no quería dar respiro. “I’ll Bite Your Face Off” marcó la mitad del show, lo que no significo que este decayera en ningún momento. Al tema nuevo se plegó “Muscle Of Love” y a éste, el único momento tranquilo de la noche “Only Woman Bleed” donde el vocalista se encargó de tratar delicadamente a una muñeca de trapo de tamaño natural. No quiero sonar redundante, pero nuevamente sorprende gratamente la garganta de este genio. De la aspereza característica a la seda misma en cuestión de dos canciones. Una locura total.

En “Cold Ethyl”, la muñeca que anteriormente había sido mimada tan cariñosamente, se vio sometida a una brutal golpiza por lo largo y ancho del escenario. El monstruoso Cooper, ese ser amado por el público presente, salía una vez más a la superficie con toda su agresividad. “Feed My Frankestein” (solo con duelo de guitarras incluido), del disco “Hey Stoopid” y que seguramente todos vimos alguna vez en la peli “Wayne’s World” de 1992; arremetió contra una masa ansiosa por agitar. Alice se vistió como un científico loco para la ocasión, y previas explosiones; irrumpió en escena una nueva sorpresa, un Frankestein gigante que haría palidecer al propio Eddie (en cuestiones de tamaño, claro está)  que se encarga de joder a Janick Gers en todos los shows de Maiden. El monstro corría y cantaba para la locura y alegría de grandes y chicos que guardaran esas imágenes para siempre en sus retinas.

 

“Clones (We’re All)” fue el siguiente y certero ataque a los sentidos que Alice Cooper nos tenía preparados. Y por si fuera poco, ese clásico con olor a hit radial que es “Poison” terminó por poner a saltar al escaso pero orgulloso gentío que se reunía frente al escenario, en lo que fue lo más cercano a un pogo violento en toda la noche. “You Are All Poison” vociferó Alice, en lo que posiblemente fue una de las pocas veces en las que se salió de su personaje en toda la noche, al menos por unos instantes, para transformarse en Vincent Furnier. Es de destacar este punto. El vocalista nunca dejó el personaje en todo el show, lo que es algo sumamente positivo: ir a ver a Alice Cooper es una experiencia que requiere más que las ganas de escuchar un buen show, requiere cierta atención, cierta ingenuidad y fascinación por parte del espectador. Cualquier intento de agradecer la calidez del público, hubiera sido un atentado contra la magia que flotaba en el aire, y seguro que Vincent, viejo sabio, lo sabía bien.

“Wicked Young Man”, otra poderosa descarga del aun más poderoso “Brutal Planet”, satisfizo a los corazoncitos más heavies que ocupaban el recinto; con sus punteos enfermos y ese riff bien degenerado que se extiende a lo largo de la composición.” I am a vicious young man/oh I am a wicked young man/ It’s not the games that I play, the movies I see, the music I dig/ I’m just a wicked young man”; nos canta Alice como contándonos su historia y haciendo una declaración de principios fundada en el más puro espíritu del Rock and Roll. Y nosotros le creemos, compramos, nos fascina y lo veneramos, lo seguimos ciegamente. Sabemos que a esta altura no tiene porque mentir, y sobre todo sabemos que lo suyo es rock, rock, y más rock.

“Killer” del disco de mismo nombre fue el preámbulo a uno de los momentos más esperados de la noche. Una vez finalizado el tema, Alice arremetió con un pie de micrófono a un paparazzi que tuvo la osadía de subir al escenario durante toda la noche para molestar a la banda, por lo que provocó la obvia calentura del vocalista que, con un pie de micrófono, lo atravesó de lado a lado. Una reacción típica, yo lo hubiera hecho… y vos también no mientas. Un equipo SWAT se acercó y se llevó al fiambre para que Cooper pudiera ejecutar “Love The Dead”. Pero obviamente no podía salir todo bien para el antihéroe favorito de niños, padres y abuelos; por lo que el mismo equipo SWAT que minutos antes había sacado la basura del escenario volvió para someter al viejo y querido Alice. Dos contra uno es abuso che. Y más si aparece un tercero con una guillotina. SI!!!!!! El momento por el que todos esperaban llegó, acompañado de una marcha fúnebre. Alice fue sometido y ante la locura del público, ejecutado sin piedad como viene pasándole desde hace 30 años. Belleza pura gente, el truco más hermoso que pueden ver sobre un escenario, se los aseguro. Y más lindo debe haber sido estar adelante contra la valla y ver como el verdugo besaba la cabeza del querido finado para después escupirle sangre a los presentes… diversión ATP!!!!

Pero como todos sabemos Alice Cooper tiene poderes y para el siguiente tema volvió. Y volvió con toda la joda encima… “School’s Out”!!!! Con todo el estadio coreando a todo pulmón y Alice anunciando “it’s party time” y tirándole a la gente cuatro globos para que juegue un poco, antes de tomar de nuevo su actitud de HDP y pincharlos para que el papel picado les cayera encima. “School’s Out” fue inolvidable por su status de clásico indiscutido de la historia del rock, pero su gloria se elevó todavía más cuando, con gran acierto, la banda mechó “Another Brick In The Wall” (de Pink Floyd), con Mr. Cooper cantando acompañado por todo un Malvinas Argentinas que no lo podía creer.

Alice volvió a correr afuera del escenario para volver en cuestión de instantes vistiendo un smoking brillante, una camiseta de Argentina y con una bandera celeste y blanca en la mano. Demagogia? Alice le da una vuelta de tuerca aprovechando “Elected”, una lluvia de papelitos celestes y blancos sobre la gente del campo, y brindando un discurso presidencial mucho más convincente que el de candidatos reales… esa es la parte que da miedo en serio.

Antes de que pudieras pensar en este ataque músico/visual, la banda arremetió con “Fire”, cover de Jimi Hendrix con el que, efectivamente, logró encender al público una vez más… la ultima en una noche inolvidable.

 

Alice Cooper Horror Show

Alice fue vocalista. Alice fue una araña, un científico loco, un asesino y hasta un candidato a presidente más que fiable (yo lo voto para que rulée en el mundo del rock!). Pero lo de Vincent Damon Furnier, AKA Alice Cooper; va más allá de cualquiera de las partes que componen su personaje. Es un showman, es un sello de garantía de calidad por sí mismo. Uno sabe que al ver un show de Alice Cooper se va a encontrar con espectáculo visual y buena música, además de un tipo enérgico que sabe rodearse de buenos músicos, sean jóvenes o experimentados. Te ofrece espectáculo, pero no se olvida del sonido, eso que tan quisquillosos nos pone (y con razón, con los precios de los shows es lo mínimo que se puede esperar).

El de Alice Cooper en el Malvinas fue un show atípico por varias cuestiones: no estamos acostumbrados a ver una gran presentación escénica, salvo por el caso particular de un gigante como Iron Maiden que tiene un avión propio para llevar todos sus juguetes; o por Judas que hace unos años vino a presentar “Nostradamus” con un show a la altura de las circunstancias. En 2007 según entiendo, Cooper se presentó en el Gran Rex con un show excelente a nivel musical, pero sin sus tan características y locas puestas escénicas. Este año lo trajo TODO (hasta la boa). La cantidad de gente presenciando el show quizás no estuvo a la altura de las expectativas previas, sin embargo este es un mundo injusto, así que el pobre Alice tuvo que soportarlo. Bah, si es que le importó. Los que fueron vieron lo que a mi juicio, es candidato a convertirse en uno de los shows del año junto con el de Iron Maiden, al menos hasta ahora. Los que no pudieron ir se lamentaran y verán el “Theater Of Death”, el ultimo DVD/CD que salió el año pasado, grabado en el Hammersmith.

Lo cierto es que Alice Cooper da la impresión de tener cuerda para rato. La imagen que queda grabada es la de un tipo lleno de vigor, de energía y de ganas. El mismo lo dijo, está mejor hoy que en su juventud, tanto física como artísticamente. Quizás sea algo que quede a criterio de cada uno, pero lo cierto es que Cooper no tendrá 18, pero lo parece. Y le gusta.

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